Dios en la pandemia

La crisis del coronavirus nos ha sorprendido a todos, co­mo una tormenta que descarga de repente, cambiando súbitamente a nivel mundial nuestra vida personal, fami­liar, laboral y pública. Muchos han tenido que lamentar la muerte de familiares y amigos queridos. Muchas personas han caído en dificultades económicas, otras han perdido su puesto de trabajo. En muchos países fue ya imposible celebrar comunitariamente la eucaristía en público ni si­ quiera en Pascua, la fiesta mayor de la cristiandad, para obtener fuerza y consuelo de los sacramentos.