Finalizada la restauración del «San Cristóbal»

La restauración del lienzo de San Cristóbal se ha llevado a cabo con las ayudas otorgadas por la Junta de Andalucía. Estos incentivos se han propuesto respetando las disponibilidades presupuestarias establecidas para esta convocatoria en la Resolución de 21 de julio de 2021 de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, en régimen de concurrencia competitiva, para la conservación-restauración de bienes muebles del patrimonio histórico de carácter religioso en Andalucía, línea 1, correspondiente a la convocatoria para el ejercicio 2020 y se imputan a la partida presupuestaria 1800 01 0000 G/45B/78301/00 2019000315.

La redacción del informe técnico fue llevado a cabo en agosto de 2021 a petición de don Pedro Ortega Ulloa, anterior párroco del templo. Con la entrada del nuevo párroco, don Carmelo Zamora Expósito, se iniciaron los trámites para la solicitud de la subvención. Ha sido durante su ejercicio pastoral cuando se han realizado los trabajos de restauración, que han tenido lugar entre el 23 de enero de 2023 y el 20 de julio del mismo año.

El estado de conservación de la obra era malo, además de deformaciones en el soporte, había roturas en el tejido, pérdidas de color, repintes y levantamientos del estrato pictórico. A todo esto se sumaba el oscurecimiento total de la capa pictórica que enmascaraba los colores originales. Por tal motivo se decidió llevar a cabo la restauración de la obra. Una pintura de gran formato con unas dimensiones de 7,50 x 5,05 x 0,05 m. firmada y fechada por José García Espantaleón en 1813, ejecutada siendo prior del templo don Tomás Muñoz y costeada por Francisco López Granados y su esposa María Felipa de Martos y Molina, tal y como figura en el texto que aparece en el ángulo inferior de la pintura.

Esta obra presenta un equilibrado colorido y un correcto dibujo, propios de la pintura de finales del siglo XVIII y principios del XIX, con los que encarna una estética barroca que se embriaga de elementos clasicistas. En él, se representa a San Cristóbal con el Niño Jesús sobre sus hombros. El santo aparece como un hombre maduro, con pelo y barba castaños y lleva una túnica corta de tonos verdosos recogida con un cíngulo en el que se anuda parte de la tela para no caer hasta el suelo. Asimismo, porta un manto de tonos marrones que ondea al viento con un efectista plegado y sobre sus sienes anuda un pañuelo blanco. El santo se apoya en una palmera, a modo de báculo, que coge con su mano siniestra, y aparece en actitud de caminar, pues sale del río y, para ello, eleva su pierna izquierda que, flexionada, se apoya sobre una roca, lo que genera un contrapuesto que da movimiento a la figura al igual que el giro de la cabeza que, con sorpresa y estupor, se dirige hacia el Niño (por su gran peso, de acuerdo con la leyenda). Sobre sus hombros aparece Jesús, sentado a horcajadas y descalzo, con túnica de tonos grisáceos y cabello rubio, que abre sus brazos mientras San Cristóbal le agarra el derecho y el infante, con su mano izquierda, coge el pañuelo del santo.

El tratamiento ha sido aplicado siguiendo los criterios actuales de restauración, que se rigen por el de la mínima intervención. Sus grandes dimensiones han dificultado los trabajos, que han sido realizados en andamio, salvo para el tratamiento del reverso. En todo el proceso se han empleado materiales reversibles, estables e inocuos.

Fdo.: Nestor Prieto, restaurador.