Tiene como base una mesa y un frontal de mármol rojo, adquiere una forma de medio punto y se compone de un banco, cuerpo y ático.
La Divina Pastora va flaqueada por dos columnas con decoración propia del barroco avanzado del XVIII. El cuerpo del retablo contiene en sus laterales un relieve de San Joaquín a la izquierda y de Santa Ana a la derecha.
La imagen de la Divina Pastora, es una obra anónima, atribuida a Manuel Gonzales y de finales del siglo XVIII.