Beata Ana de San Bartolomé, Virgen de la Orden de Carmelitas descalzas, de niña fue una humilde y analfabeta pastora, pero fiel discípula de Santa Teresa de Jesús, de quien aprendió y le acompañó en su vida, dotada de gracias místicas difundió y consolidó la orden Carmelitana en Francia y Amberes donde murió en 1626.