Beatos Francisco y Jacinta, pastorcillos de Fátima. Estos niños junto con Lucía, cuidaban de un pequeño rebaño familiar y contemplaron con asombro las apariciones de la Virgen en medio de la incredulidad en sus comienzos y de de la persecución de las autoridades. Murieron muy prematuramente y fueron beatificados por S. Juan Pablo II en mayo de 2000.