Cartas a mi hijo de 2 años (VII)

HECHO DEL AMOR, HECHO DE DIOS

Abril de 2020

Querido hijo:

Así como te escribiste letra a letra en mi vientre, así hoy doy forma a cada grafía… con amor, SOLO CON AMOR.
En el amanecer de tu vida, bruscamente nos encontramos con un escenario que no esperábamos. Tablado que nos obliga a eliminar lo que todos llevamos de personaje en esta historia para encontrarnos con la persona, para encontrarnos con y en Dios.

Durante semanas estamos teniendo el privilegio de sentarnos cara a cara con el espejo, mirarnos durante horas sin prisas y con tiempo. El reloj ya se ha callado dejando interrumpido su incesante tic tac y nuestras voces… esas, recuperando la verdad. Y en esta nuestra casa, que nunca fueron paredes ni espacios por decorar, que siempre le dimos la connotación de hogar… inauguramos las páginas del álbum que creamos para ti cuando solo corrías por nuestras mentes como la idea más hermosa de amarnos, la mayor concreción de libertad.

Abrimos la ventana , como cada mañana y… ahí está, hijo… ahí todo lo que no perdimos porque se va desgastando lo que se hace pero no lo que nace…
La tierra que ara tu padre, bendita herencia de las raíces que nos dieron agua alimentando todo nuestro ser.
Cuánta belleza… sendero para nuestros pies, camino para nuestra alma.

Al mismo tiempo que te enseñamos el gesto cotidiano de lavarse las manos, todos lo aprendemos… el agua que no sé si lava pero cómo limpia cada gota que emana de la más virginal Creación, del mismo Dios.
Crecer y crecer… en el entorno, del entorno, con el entorno…
La naturaleza te pone piedras para fortalecerte en tu destino y te cede sus ramas como brazos para poder seguir el mismo. Así como la Cruz, hijo.

Qué pequeños resultamos ser y cuán gigante se levanta mientras nos abre el paso para seguir nuestro camino. Solo se paró el reloj, no el latido.

El Cielo también nos habla, en sus múltiples lenguas se pronuncia y deja escrito tanto detrás de cada gesto amable que cede en sus atardeceres.

Siéntate, hijo, siéntate… que no hay mayor lujo que este. Este en el que se contempla la vida sencillamente tejiéndose en las entrañas de su madre, en el abrazo del Padre.

Caerán las hojas en un nuevo otoño… y nosotros solo, creciendo…

Pero nunca olvides, hijo, tu origen. Porque si lo ignoras no hallarás tus huellas y se perderán los pasos que hacen el camino.

Qué tú naciste del amor, del compromiso… Y esa es tu herencia, el trabajo y el tesón… cuida la tierra, hijo. Como ella nos cuida siempre y no nos deja en días desesperados y brilla con el aplauso de la lluvia y de los rayos de sol asomados a su balcón. Y esa es tu herencia, la Fe y la Oración, cuida la relación con Dios, hijo. Habla con Él en su Cuna, abraza la Cruz que Él siempre te escucha y acaricia.

TE QUIERE SIEMPRE, TU MAMI MILY

Mª MILAGROS TITOS PADILLA
CARTAS A MI HIJO DE DOS AÑOS