LOCURA DE AMAR
Segunda semana de febrero de 2021
Querido hijo:
Aprenderás porque la vida se encargará de enseñarte que se puede vivir sin todo, hasta sin vida, pero no sin amor. Descubrirás en tu crecimiento el real significado de ambos términos y llegaras a hacerlos sinónimos en su comprensión. Igualmente alcanzarás a hacerlos vívidos cuando conozcas el Amor Extremo, el Amor al Madero. Aunque tú y yo ya sabemos que Él ya te conoce y tú experimentas su Grandeza en tu latir.
Antes de que nacieses nuestra mayor preocupación era el mundo que te podíamos ofrecer, no creas que tu padre y yo mirábamos muy lejos… nos inquietaba el mundo que ambos como marido y mujer, como tus padres, éramos capaces de hacerte. En tus primeros pasos, imaginamos el alcance de los mismos y ya no nos ocupaba solo nuestro hogar sino el entorno en el cual tendrías que crecer. De pronto llega este bichito y… el mañana se hace realmente incierto y las inquietudes se agitan más.
Sin embargo eres tú quien disuelve mis miedos en tus sonrisas. Te ha tocado el mejor de los mundos para vivir sencillamente porque es el tuyo, simplemente porque ahora más que nunca la gente va a necesitar de Dios. En estos días, mientras los alumnos trabajaban con personajes célebres de la Paz, escogieron de su entorno a tu abuela, a su añorada maestra. Entre las muchas palabras que se oyeron resonó y una otra vez: “FE”. Hablaron con insistencia de su Fe inquebrantable, del arraigo a la Cruz y de la fuerza con la que era capaz de transmitir a los demás, por la extensión de sus palabras en obras.
Eso es Paz, hijo, eso es Amor y eso es Vida, dar ejemplo en cada paso que das, dar coherencia, acentuar con tus acciones tus palabras. Por eso tiene valor 2000 años después por la Verdad que desnuda. Cierra siempre heridas, hijo, deja que en tu garganta entre su Voz y sea su Palabra la que te guíe. Somos gotas de rocío, lluvia pasajera, somos agua y somos tierra… y el mundo cuenta con nosotros para empapar todos los sentidos.
TE QUIERE SIEMPRE, TU MAMI MILY
Mª MILAGROS TITOS PADILLA
CARTAS A MI HIJO DE TRES AÑOS