Hablamos con el Señor. Las oraciones de nuestro Misal.

Señor, vengo a conocer y amar más la Eucaristía.
El gran regalo que nos das cada día.
Regalo al que a veces nos acostumbramos y lo metemos dentro de nuestra vida como si fuera algo nuestro.
Regalo que a veces no nos vivifica.
Regalo que a veces es la energía, la fuerza de nuestro camino.
Para entender y vivir más lo que nos das,
voy a meditar algunas de las palabras
que decimos y acogemos en la Eucaristía

Las oraciones de nuestro Misal

Escuchamos y meditamos ante todo las Plegarias Eucarísticas, que son su oración central.
Son unas hermosas súplica al Señor. Suplicas que podemos dirigirle muchas veces al día. Son unas suplicas que nos llaman a revisar nuestra vida.

I/ Y nos fijamos, en primer lugar, en la segunda invocación del Espíritu, antes de las palabras de Jesús en al última cena, cuando expresan la dimensión de fraternidad que contiene la Eucaristía:

1.
«en una humanidad dividida
por las enemistades y las discordias, tú diriges las voluntades
para que se dispongan a la reconciliación.
Tu Espíritu mueve los corazones
para que los enemigos vuelvan a la amistad, los adversarios se den la mano
y los pueblos busquen la unión.
Con tu acción eficaz
consigues que las luchas se apacigüen y crezca el deseo de la paz,
que el perdón venza al odio
y la indulgencia a la venganza»
( Plegaria II de reconciliación).


Señor, ¿tengo un corazón dispuesto a la paz?
¿que hago para establecer la paz alrededor mío
¿Suplico por la paz en los conflictos que conozco?

2.
«Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana,
inspíranos el gesto y la palabra oportuna
frente al hermano solo y desamparado,
ayúdanos a mostrarnos disponibles
ante quien se siente explotado y deprimido.
Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor,
de libertad, de justicia y de paz,
para que todos encuentren en ella
un motivo para seguir esperando».
(Plegaria V lb)

¿Tengo entrañas de misericordia?
¿donde experimento y vivo esas entrañas?
!que misión más grande la de la iglesia y de cada uno de nosotros!

3
«Tanto amaste al mundo,
que le has entregado a tu Hijo …
El manifestó su amor
para con los pobres y los enfermos,
para con los pequeños y pecadores …
Que nos preocupemos de compartir en la caridad
las angustias y las tristezas,
las alegrías y las esperanzas de los hombres
y así les mostremos el camino de la salvación»
(Plegaria V/c)


¿Qué estoy compartiendo con caridad:
las angustias, las tristezas,
las alegrías, las esperanzas de…?

4.
«Que la Iglesia sea, en medio de nuestro mundo, dividido por las guerras y discordias, instrumento de unidad, de concordia y de paz»
(Plegaria Vd)

II/ Otro momento en que las consecuencias prácticas de la Eucaristía afloran en la oración es en las poscomuniones, con las que termina la Misa y se enlaza con el envío de cada cristiano a a la vida.
Muchas veces las oraciones de poscomunión conectan lo celebrado con la vida eterna. Pero otras muchas, con el compromiso de crecimiento y testimonio de cada día:

5.
«Que este sacramento de unidad
en el que participamos,
nos infunda un amor puro y generoso,
que nos impulse a promover el progreso de los pueblos
y a realizar, en la caridad,
las exigencias de la justicia»
(Misa por el progreso de los pueblos).


¿Cómo estoy impulsando en mi ambiente
las exigencias de la justicia en mi mundo?
¿busco ser justo?

6.
«Concede a tus hijos,
que se juntan en tu amor y participan en un mismo pan,
la gracia de animarse mutuamente
a la práctica de la caridad y de las buenas obras,
para que puedan presentarse ante el mundo
como verdaderos testigos de Cristo»
(Misa por los religiosos).


¿Estoy animando a otros a la practica de la caridad
y de las buenas obras?
¿Muestro a otros que es cristiano quien es “testigo” de Jesús.

7.
«Que los fieles …
fuertes con la fuerza de la Eucaristía,
sean valientes testigos de la verdad evangélica
y hagan que tu Iglesia
se mantenga presente y activa
en el progreso temporal de este mundo»
(Misa por los laicos).


¿Soy testigo del Evangelio en mi vida de cada día?
¿cómo estoy presente en el progreso humano?

8.
«Nos has alimentado
con el mismo pan y con el mismo cáliz:
haznos amar sinceramente
a los inmigrantes y a los abandonados,
para que lleguemos todos
a convivir fraternalmente en el mundo»
(Misa por prófugos y exiliados).


¿amo sinceramente a los inmigrantes y abandonados?

Señor para vivir así, como las suplicas que te hemos dirigido, danos tu Espíritu pues son El no podremos.

9.
Ven, Espíritu Santo, a nuestros corazones,
y cólmalos con tus gracias.Enséñanos lo que debemos hacer,
muéstranos lo que debemos pensar,
muéstranos cómo debemos actuar.
Tú que amas la verdad por encima de todo,
no permitas que destruyamoslo que has dispuesto.Que la ignorancia no nos lleve al error,
que la ligereza no nos seduzca,
y que no nos perdamos en falsasy vanas consideraciones.Permítenos que seamos fieles a tiy que no nos apartemos de la verdad.
Oración de los Padres del Concilio Vaticano II, 1962)