Este domingo 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís, tendrá lugar la tradicional colecta para el Óbolo de San Pedro.
A causa de la pandemia se trasladó de fecha. Normalmente se celebra el 29 de junio, festividad de San Pedro y de San Pablo.
El Óbolo de San Pedro es un fondo vaticano sufragrado por los fieles para sostener la gestión de la Santa Sede y las obras de caridad que decida el Papa.
Nació en el siglo VII, con la conversión de los anglosajones. Como señal de adhesión a Roma empezaron a enviar una contribución anual al Papa. Así nació el “Denarius Sancti Petri”, la “Limosna a San Pedro”. Luego se añadieron otros países europeos.
Ésta, como otras costumbres semejantes, ha pasado por muchas y diversas vicisitudes a lo largo de los siglos, hasta que fue regulada de manera orgánica por el Papa Pío IX en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871).
En 2019 recaudó 53 millones de euros y financió variadas acciones desde la Santa Sede: ha servido para poner en marcha obras de caridad como un hospital pediátrico en Bangui, República Centroafricana; el donativo solicitado por el Papa para Ucrania; o ayudas a la primera universidad católica en Jordania.