
San Calixto, papa y mártir, siendo diácono tenía encomendado el cementerio de la Vía Apia que lleva su nombre, donde dejó para la posteridad la memoria de los mártires. Fue elegido papa, promovió la recta doctrina y reconcilió a los apóstatas, para terminar su intenso pontificado con la gloria del martirio (S. III)