San Jerónimo, presbítero y Doctor de la Iglesia. Hombre inquieto y viajero, culto, apasionado de la Biblia, enamorado del ideal monástico, con tendencia a la polémica, Jerónimo nació en Dalmacia (las actuales Croacia y Bosnia) hacia el año 340, y se formó en Roma. Alternó épocas de búsqueda y contacto con los teólogos de la época con otras de soledad, hasta que el papa san Dámaso lo llamó a Roma y le encargó revisar y completar la traducción de la Sagrada Escritura al latín. Muerto el papa, se fue a Belén, donde, financiado por santa Paula (v. 26 enero), fundó un monasterio de mujeres y otro de hombres. Allí vivió, dedicado a traducir y comentar la Biblia, a la predicación y a la dirección espiritual, hasta su muerte en el año 420.