San Justino, mártir, (S. II) era filósofo, siguió la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo, enseñando lo que vivía de palabra y con sus escritos. Presentó ante el emperador Marco Aurelio su Apología en favor de la religión cristiana, y conducido al Prefecto Rústico, ante quien se declaró cristiano, fue decapitado.