San Pablo, obispo de Constantinopla, (S. IV) el cual, por mantener la fe de Nicea, los arrianos expulsaron muchas veces de su sede, pero al retornar siempre de nuevo a ella, el emperador Constancio le relegó, finalmente, a Cucuso, en Capadocia, donde según la tradición, fue cruelmente estrangulado por los arrianos.