El ECO DE LA CRUZ
Finales de septiembre de 2020
Querido Hijo:
Te oigo el respirar que da aire al mío. Te miro y escribo lo que en su dilatada vida me dictó tu abuela, mi madre, dilatada porque el amor todo lo prolonga. Nunca construyas tu felicidad de derribos, ni por un segundo creas que podrás sentir plenitud si en tu camino pisaste a alguien. Es mentira que las personas son obstáculos para crecer, los límites los pones tú. Solo tu esfuerzo y trabajo te harán sentir bien. No siembres cizaña entre la gente y si hablas del otro que sea solo para alabarlo. Si miras al de al lado, solamente para alegrarte de sus alegrías y ayudarlo en sus días grises. No dejes que en tu vida entre la enfermedad doble E: envidia y egoísmo.
Ahora más que nunca el mundo necesita escuchar la historia del perdón y no la de la venganza. Es el primero el que puede dar equilibrio a la vida. Es increíble el Eco de la Cruz, tras siglos de historia, sigue resonando en los oídos del mundo la palabra más hermosa. Mírala siempre como solo se puede mirar lo Grande, con amor. La existencia sin perdón es la extinción humana. Hijo, cuando te hacen un daño siempre se llevan una parte de vida: a veces un arañazo; otras, un corte; llegando en ocasiones a amputaciones o hasta el robo completo de la misma. Pero cuando no perdonas terminas atesorando rencor y odio en tu alma y haces cíclica la historia, repitiéndose una y otra vez el daño. Además de ese arañazo, corte, amputación de vida o vida de la persona que amas… Además, te pierdes tú mismo, dejas que el odio del otro entre en ti.
Sabes, hijo, hay que creer en la persona, y en la capacidad de arrepentimiento y en dar oportunidades a los demás. Porque si lo piensas todos hacemos daño y nos llevamos parte de los otros… Y necesitamos del perdón. Cuando te dañen que se lleven lo que tienes, no lo que eres.
TE QUIERE SIEMPRE, TU MAMI MILY
Mª MILAGROS TITOS PADILLA
CARTAS A MI HIJO DE DOS AÑOS