BIBLIA
Jn 1, 1-18
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por él, y sin él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos creyeran. No era él la luz, sino el que debía dar testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre, que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo se hizo por él, y el mundo no le conoció. Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron. Pero a cuantos le recibieron les dio la potestad de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, que no han nacido de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: «Éste era de quien yo dije: “El que viene después de mí ha sido antepuesto a mí, porque existía antes que yo»». Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por Moisés; la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás; el Unigénito, Dios, el que está en el seno del Padre, él mismo lo dio a conocer.
35 – DOCAT
¿Está destinada en exclusiva la doctrina social de la Iglesia a los cristianos?
La doctrina social de la Iglesia no recoge nada que no pueda ser comprendido por la razón. Los papas insistieron desde siempre en que la doctrina social de la Iglesia tiene una importancia especial para la propia comunidad eclesial. Puesto que la doctrina social adoptó sus impulsos esenciales a partir de la fe en un Dios que ama y es justo, cada gesto de amor y de justicia se encuentra bajo la luz y la promesa de Dios. Este hecho es lo que más compromete a los cristianos a hacer el bien. No obstante, han de sentirse apelados por la doctrina social, todos los hombres de buena voluntad.
RETO
A menudo nos avergonzamos de dar a los demás la «luz» que emerge de la fe. Así que si alguien te pide tu parecer la semana que viene, justifica tu opinión fundamentándola en la fe.