Viene nuestra salvación

Levantad la cabeza, mirad: ya viene la liberación.

Vivimos esperando y abiertos al futuro.
Nos decimos: quizás mañana …
Confiamos en nuestro poder
y no sabemos dónde están las fronteras
de nuestras posibilidades.

¿Quién es nuestra liberación?

Creemos en un porvenir
que será mucho mejor que el nuestro.
Creemos en un hombre que emprenderá
obras más grandes que las nuestras.
Creemos en un mundo que dialoga,
sembrando semillas de verdad y fraternidad.

¿Está ahí nuestra liberación?
¿Podremos confiar sólo en los hombres?

No confiéis en seres de barro que no pueden salvar.
Exhalan el espíritu y vuelven al polvo. Ese día perecen sus planes.

¿De dónde nos vendrá la salvación? ¿A quién iremos?

No desafiéis el poder de Dios.
No pongáis vuestra salvación en las cosas.
Buscad al Dios vivo,
al que es más grande que todas vuestras obras
y fue capaz de hacer El solo el cielo y la tierra. Buscad al Dios que os libra de vuestro pecado.

¿De dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Daos cuenta del tiempo presente: es la hora de despertar a la verdad.
Dios está cerca de vosotros.
¿Por qué le buscáis donde no está? Salid del sueño, ya llega la luz. Salid, ahí está.

Muestra a tu pueblo, Señor, tu misericordia – y danos tu salvación.